Padre, no nos abandones en el abismo de las tentaciones, en el que hemos caído a causa del mal uso de Tu don del raciocinio. Cuando seamos más libres y fuertes, si Tu deseo es probarnos, para saber si Te amamos más a Ti, hazte ¡Oh Padre! más tentador que cualquier otra tentación.
Danos nuesto diario sustento: alimentos, salud y prosperidad para el cuerpo; eficiencia para la mente; y sobre todo, colma nuestras almas con Tu sabiduría y Tu amor. Enseñanos a liberarnos con Tu ayuda de las redes de la ignorancia que hemos tegido con nuestra negligencia.