oración a los gurus

Padre Celestial, Madre Divina, Amigo, bien amado Dios, Jesús el Cristo, Bhagaban Krishna, Mahavatar Babaji, Lahiri Mahasaya, Swhami Sri Yuktheswar, bien amado gurú Paramahansa Yogananda, Santos de todas las edades y religiones, os reverenciamos a todos. Librad nuestras vidas de todos los obstaculos y dadnos desarroyo físico, mental y espiritual. Conducidnos de la inquietud a la paz, de la ignorancia a la sabiduría, de los deseos insatisfechos a la completa realización del Ser, y de la muerte a la inmortalidad.

Madre Divina, haz de nuestra alma Tú templo, haz de nuestro corazón Tú altar, y haz de nuestro amor Tú hogar. Que Tú amor brille para siempre en el santuario de nuestra devoción y que seamos capaces de despertar Tú Divino amor, en todos los corazones.

Om, Paz, Amen.

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martes, 10 de noviembre de 2009

cuando yo sea solo un sueño


"He venido ha deciroslo todo acerca de El,
y de cómo aprisionarlo en vuestro corazón,
y de las disciplinas que propícia Su Gracia.

A aquellos de vosotros que habeis pedido,
que os conduzca a la presencia de mi Bienamado,
os apercibo con la muda palabra de mi mente,
o bien os hablo con una leve mirada sugerente,
o también con un dulce murmullo de amor,
o en voz alta os disuado cuando os apartais de El.

Pero cuando yo ya no sea sino sólo un recuerdo.
O una imagen mental, o una voz que se escucha en silencio;
cuando ningún llamado de esta tierra pueda ya revelar
mi sitio en el espacio insondable;
cuando ni la suplica débil ni el mandato estentóreo
puedan ya obtener de mí una respuesta,
entonces sonreiré en vuestra mente cuando esteis en lo justo,
y cuando no lo estéis lloraré con mis ojos
y os estaré observando desde la oscuridad,
o quizá también llore con vuestro propio llanto.
Os hablaré en murmullo desde vuestra consciencia;
con vuestra propia razón razonaré en vosotros,
y a todos amaré con vuestro propio amor.

Cuando ya no podais venir a hablar conmigo,
leed Susurros de la Madre Eterna;
eternamente os hablaré a través de ellos.
Caminaré a vuestro lado sin vosotros saberlo,
y os protegerán siempre mis brazos invisibles.

Y cuando por fin conozcáis a mi Divino Amado,
y podais ya escuchar Su voz en silencio,
me conocereis de nuevo en forma más tangible
de como lo habeis hecho en el plano terreno.
Y no obstante que ya para vosotros yo no sea sino un sueño,
os vendré a recordar que vosotros también
sois solamente un sueño de mi Bienamado.

Y cuando sepais que sólo sois un sueño, como ahora lo sé yo,
estaremos por siempre despiertos en Él.

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