"¡Oh Dios Augusto, Padre Bienamado, Alma Suprema del Universo, Espíritu de Espíritus, Amigo de Amigos! Aclarame el misterio de mi existencia. Enseñame a adorarte sin aliento, sin sueño, sin muerte.
En la quietud de mi alma toma posesión de mí, y permiteme estar consciente de Tu presencia inmortal dentro de mi y a mi derredor. ¡Anhelo conocerte, oh Dios incomparable, oh único verdadero!